domingo, 27 de junio de 2010

Farmacos para el tratamiento de las dependencias

Con este post iniciamos una pequeña sección muy especifica sobre psicofarmacología para daros una información complementaria acerca de los psicofarmacos con los que os podéis ver relacionados en el campo de la psicología forense. Tened en cuenta que muchas veces un adecuado conocimiento de los mecanismos de acción de las sustancias psicoactivas que toman las personas con las que trabajáis es necesario para conocer su comportamiento y eso muchas veces se nos pasa por alto y no le damos la importancia necesaria cuando elegimos las asignaturas de libre configuración.


Introducción a los farmacos utilizados en la dependencia de sustancias.

Los fármacos utilizados en el tratamiento de las dependencias se han ido desarrollando en tanto en cuando la prevalencia de estos trastornos se ha incrementado.
Así, los fármacos indicados en la dependencia del alcohol fueron los primeros que se desarrollaron. Posteriormente ha sido la dependencia a opiáceos la que ha concentrado un mayor numero de investigaciones. En la actualidad no existen fármacos específicos para el tratamiento de la dependencia a la cocaína, cannabis, anfetaminas u otras sustancias de abuso. En estos casos se emplean otros psicofármacos (antidepresivos, antipsicóticos y BZD) para el tratamiento sintomático de los cuadros clínicos asociados al abuso.
En general dentro de las estrategias de tratamiento de las dependencias se ha pasado de una primera época en la que el objetivo central consistía en el mantenimiento de la abstinencia dentro de los programas que se denominaban “libres de droga”, a otras intervenciones basadas en la “reducción de daños”. Esto se ha dado sobre todo en el tratamiento de la dependencia a opiáceos, mientras que en la dependencia de alcohol siguen prevaleciendo las terapias orientadas a la abstinencia, estando poco instaurados los programas de bebida controlada. La reducción de daño para el caso del alcohol se realiza en la practica, aunque de un modo poco sistematizado.
En el caso de la dependencia al alcohol, se pueden distinguir tres grandes grupos de fármacos específicos:
  • Los orientados a tratar el síndrome de abstinencia.
  • Los que pretenden producir una respuesta aversiva al tomar alcohol.
  • Los que intentan tratar el fenómeno de la abstinencia.
Para tratar el síndrome de abstinencia también se usan las BZD. En otros trastornos producidos por el abuso y la dependencia de alcohol, como los trastornos delirantes, alucinatorios o afectivos, se emplean fármacos inespecíficos con un uso sintomático como los antipsicóticos o antidepresivos. En el síndrome amnésico o demencial se administran complejos vitamínicos B (B1,B6y B12) y fotatos, ya que en su etiología interviene el déficit de estas vitaminas por insuficiente absorción a nivel intestinal provocado por el consumo de alcohol.
En la dependencia a los opiáceos se distinguen tambien varios grupos:
  • Las sustancias que se utilizan para tratar el síndrome de abstinencia.
  • Los antagonistas opiáceos, que eliminan su acción y su efecto reforzante.
  • Los agonistas que se usan como sustitutivos de los opiaceos en una terapia de mantenimiento con objeto de reducir daños.
En la dependencia a la cocina no se emplean fármacos específicos. El síndrome de abstinencia suele tratarse en los primeros dias con BZD, posteriormente se han utilizado fármacos dopamanergicos, como la bromocriptina y la amantadina, aunque su efectividad no se ha demostrado claramente. A medio y largo plazo existe un cierto consenso en el uso de antidepresivos, la desipramina (no comercializada en España actualmente) es uno de los más recomendados, también se utilizan los ISRS y ADT. En el caso de las anfetaminas se recomienda asimismo antidepresivos a medio y largo plazo.
Las intoxicaciones de cualquiera de estas sustancias se tratan con una serie de medidas generales orientadas a mantener las constantes vitales y a eliminar lo más rápidamente posible estas sustancias. En el caso de las sustancias depresoras del sistema nervioso central (alcohol, opiaceos y BZD), se pueden usar antagonistas específicos a los receptores (como el flumanecil y la naloxona). En cuanto a los estimulantes (cocaína, anfetaminas, cannabis, LSD y etc) se pueden emplear BZD a dosis bajas o neurolépticos con poca acción anticolinergica, como el haloperidol.
En el tratamiento de la dependencia al tabaco se ha comenzado a utilizar, ademas de los parches de nicotina, el buprepión.

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